miércoles, 3 de marzo de 2010

HEPATITIS C



¿Qué es la hepatitis C?
La hepatitis C (anteriormente denominada hepatitis no A, no B) es una enfermedad del hígado causada por un virus transmitido por la sangre y recientemente identificado. Esta cepa de hepatitis vírica aguda descubierta en 1989 causa aproximadamente 20.000 infecciones nuevas en Estados Unidos cada año.

La recuperación luego de haber sufrido esta infección es poco frecuente: aproximadamente de el 55 a 80 por ciento de las personas infectadas son portadoras crónicas del virus. Aproximadamente el 20 por ciento de las personas infectadas con el virus de la hepatitis C desarrollará ictericia u otros síntomas de la hepatitis. El setenta por ciento de estos individuos pueden desarrollar enfermedad crónica del hígado.

En Estados Unidos, la enfermedad crónica del hígado debida a la hepatitis C causa entre 8.000 y 10.000 muertes cada año, y es la principal indicación para el trasplante de hígado. Para el año 2010, se espera que el número de muertes por hepatitis C aumente a 38.000 por año.

¿Cuál es la causa de la hepatitis C?
La transmisión de la hepatitis C se produce principalmente por contacto con sangre infectada, pero también puede producirse por contacto sexual o de una madre infectada a su bebé. Las transfusiones de sangre antes de 1992 y el uso compartido de jeringas son otras causas significativas de la propagación de la hepatitis C.

¿Quiénes corren el riesgo de contraer la hepatitis C?
A continuación se describen las personas con riesgo de contraer la hepatitis C:

Los niños nacidos de madres infectadas con el virus.
Las personas que tienen trastornos de la coagulación sanguínea como la hemofilia y que recibieron factores de coagulación antes de 1987.
Las personas que necesitan diálisis por insuficiencia renal.
Los individuos que recibieron una transfusión de sangre antes de 1992.
Las personas que participan en actividades de alto riesgo, como el uso de drogas por vía intravenosa (su sigla en inglés es IV) y, o el contacto homosexual o heterosexual sin protección.
No existe vacuna para la hepatitis C. Las personas en condiciones de riesgo deben examinarse regularmente para detectar la hepatitis C. Aquellos que tienen hepatitis C deben vigilarse constantemente para detectar señales de hepatitis crónica y de insuficiencia hepática.

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis C?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la hepatitis C. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:

Pérdida del apetito.
Fatiga.
Náusea y vómito.
Dolor abdominal vago.
Ictericia - color amarillo de la piel y de los ojos.
Fiebre.
Orina de color amarillo oscuro.
Heces de color claro.
Dolor muscular y en las articulaciones.
Los síntomas pueden presentarse desde dos semanas hasta seis meses después de la exposición. Los síntomas de la hepatitis C pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte siempre a su médico para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la hepatitis C?
Además del examen y la historia médica completa, los procedimientos para el diagnóstico de la hepatitis C pueden incluir los siguientes:

Análisis de sangre.
Biopsia del hígado - procedimiento realizado para tomar muestras de tejido o células del cuerpo para examinarlas con un microscopio.
Tratamiento de la hepatitis C:
El tratamiento específico de la hepatitis C será determinado por su médico basándose en lo siguiente:

Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
Qué tan avanzada está la enfermedad.
Su tolerancia a ciertos medicamentos, procedimientos o terapias.
Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
Su opinión o preferencia.
Hasta la fecha, no existe una vacuna disponible para la prevención de la hepatitis C. El tratamiento puede incluir terapia biológica con interferón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario